Esta mañana he estado en La Serena con mi sobrino Mario que también es un forofo de la pesca y desde que le llevé hace dos años no pasa un verano sin que venga a Campanario para ir a practicar tras los barbos.
La jornada empezó bien pues al primer lance tuve la primera picada que se soltó; al momento tuve otra y me quedé de piedra cuando "aquello" saltó fuera del agua. Digo "aquello" porque aquello era un black-bass de los de campeonato; ¡Dios mío que barriga! Pero escupió la rapala con la misma facilidad con que nosotros expulsamos la saliva. Se me quedó cara de tonto.
Después numerosos barbos, todos con rapala pues no se veían por la orilla cazando para utilizar la mosca. Sólo vi una carpa y después de tenerla prendida con imitación de ver de bas, se desanzueló.
A media mañana llegó la sorpresa, tuve una picada a mi rapala "Serena" que creí que era un blass por ser diferente de la del barbo. Clavé con fuerza y sacó hilo y dobló la caña. Yo no sabía lo que era pero sí que era grande. Al acercarlo a la orilla pude comprobar que era un bonito (si es que estos peces son bonitos) pez gato. Después más barbos y un black-bass.
En fin, una jornada muy entretenida que animará a Mario para otras veces.

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