Con las primeras lluvias del año comenzaron a salir las hormigas de alas, lo que significa alimento para los peces cuando sobrevuelan el agua. Todos los pescadores a mosca esperamos estos momentos para disfrutar de unas jornadas de espectaculares picadas en superficie así que, el lunes, me desplacé al pantano de La Serena y comencé a andar la orilla.Vi numerosas hormigas acumuladas en la orilla adonde las había llevado el oleaje y las lluvias.
La jornada no fue muy fructífera al principio pero cuando el sol calentó sus alas el pantano se inundó de círculos en la superficie.
Las picadas se sucedieron una tras otra y aunque los barbos - porque sólo eran barbos, no carpas - no eran grandes la diversión estuvo asegurada. Algunas roturas de terminal y varios desanzuelados completaron una jornada de pesca estupenda.

Twittear

Hacía ya mucho tiempo que no me acercaba al pantano de Orellana y esta mañana me he llegado a una zona poco transitada pensando que los pecesarían más comfiados.

Twittear

Por fin he vuelto de vacaciones. Se pasa bien por ahí, pero echo de menos mis paseos por la orilla del pantano y mi pesca.
Me he acercado a La Serena, a un sitio que no suelo ir mucho, sobre todo cuando está muy alto porque, en esa zona, las retamas no te dejan casi andar y no es lo malo las retamas sino que cada una tiene dos o tres arañas de buen tamaño entre ellas. Pero como está bajo de nivel me he acercado y no me ha fallado.

Twittear

Espero que me estén esperando cuando vuelva.

Twittear

Esta mañana me he acercado otra vez por La Serena a ver que tal estaban los barbos. Ha sido una mañana rara. Empezando por el tiempo... una calima que nublaba el cielo y los peces en la orilla como atontados. No ha habido una imitación que funcionara para todos. Algunos rechazaban las hormigas, otros las tomaban, otros las ninfas. A los saltamontes coletazos pero no los tomaban. En fin, mucho cambiar de cebo pero me he entretenido y me he bañado varias veces.
Aquí os dejo algunas carpas y barbos.

Twittear

Mis compañeros de Instituto, como saben lo que me gusta la pesca desde pato, me han regalado este nuevo por mi jubilación.
Espero darle un largo y fructífeero uso.

Twittear

Hacía ya mucho tiempo que, por unas cosas o por otras, no iba de pesca. El “mono” era muy grande y hoy he decidido levantarme temprano e irme al Zújar. A las 7:30 de la mañana ya estaba en la orilla y lo que me he encontrado ha sido grandioso… cientos, miles de carpas se veían por todo la orilla hasta donde alcanzaba la vista amontonadas unas contra otras desovando. Decidí lanzarles alguna imitación de quironómido con la caña de mosca a sabiendas que iba a ser en vano. Efectivamente, ni caso, por otro lado lógico.
Después de un rato de caminar decidí lanzar mi rapala especial en busca de barbos y black bass y pronto entraron algunos. Podéis ver que los barbos tienen en el hocico las rugosidades típicas del celo.












Poco a poco iban saliendo barbos y blases. Los barbos, algunos orillados, a los que distinguía entre las carpas por su cola más clara fuera del agua, con picadas espectaculares-son unos depredadores terribles- y los blases más dentro.




















Poco a poco se iba calmando el bullir en las orillas y se podían ver algunas carpas más tranquilas comiendo. Fue el momento de cambiar a la mosca y tres carpas cayeron en el engaño pero sólo una salió; las otras, después de unos momentos de lucha, consiguieron soltarse.




Una mañana de mucho calor pero entretenida.
Saludos

Twittear